viernes, 27 de mayo de 2016

ESTAMOS EN MANOS DE ELLAS (…y qué bueno)



Históricamente el deporte venezolano nació y se formó como una de las expresiones más machistas de nuestra sociedad. Ahora… ¡Tenga cojones y lea! (Porque hasta en nuestras expresiones hemos querido marginar a las mujeres). 

Salvando los casos más exitosos y de los que se hablará siempre como Aparicio, Limardo, “Morochito, Cabrera, por ejemplo, en el anecdótico deportivo criollo por décadas todavía se rememora más aquel casi título mundial de Ramón Arias de 1958, o de lo buena que fue la generación dorada de atletas de pista y campo de los 50 y 60 que de los verdaderos, reales y tangibles éxitos de Mayerlin Rivas o Robeilys Peinado por citar sólo dos particularidades.

Y realmente no se trata de desmeritar sino de balancear. Flor Isava, Elsa Antúnez, María Elena Giusti, Adriana Carmona, Anna Pannarale,  ni hablar de Gerda Muller y Úrsula Seller, sólo son sacadas del olvido en apuntes periodísticos del Día de la Mujer o de las Madres y no se les concede la verdadera y justa dimensión que tienen aquellas que remaron contra la corriente.

¿Por qué? Hace años trabajando para el Diario La Verdad me tocó darle cobertura al caso de una niña (hoy una mujer y todavía atleta por lo que sé) llamada Hernanza Ruiz. Ella se destacaba como beisbolista al punto de jugar campocorto de su equipo en una liga de béisbol para varones en Maracaibo, pero cometió “un error”: CRECIÓ. Y su desarrollo le valió ser excluida bajo excusas: “ya no se puede cambiar de ropa en el mismo dogout” o el clásico “se puede dar un mal golpe”. Al final Ruiz se convirtió en softbolista e incluso hizo estudios en Estados Unidos gracias a que siguió adelante. Lo cierto es que durante esa época nos tocó escuchar toda clase de tesis sobre la mujer y el deporte en Venezuela donde casos como esos (hablamos 2002, 2003 aproximadamente) eran escasos y casi únicos.

Una de esas hipótesis era que nuestro país es la tierra de los concursos de belleza y más de la mitad de las madres sueña con que su hija sea por lo menos reinita del cuarto grado. Mucho de este pensamiento coaccionó acciones como: las chicas a las muñecas y al jueguito de té, y los niños a rasparse las rodillas en la caimanera con pelota de media en plena calle. Otra versión que intenté digerir entonces, una mucho más dramática, hablaba que las deportistas por su avatar físico tomaban rasgos “hombrunos” y nadie se quería casar con una “marimacho”. Total, cosas que uno todavía le sorprendería escuchar, pero que una década después del cambio de siglo se siguen oyendo.

Pero algunas cosas sucedieron. Los medios y la sociedad de la información fueron haciendo su efecto y poco a poco cambió la perspectiva en este tema. El impacto de ver por televisión a Florence Griffith Joyner en los Juegos Olímpicos de 1988 convertirse en la mujer más veloz del mundo con unas uñas perfectamente cuidadas y maquillada hasta el punto de verse femeninamente atractiva, o de notar como la argentina Gabriela Sabatini ganaba dinero por publicidad tanto o más que como tenista empezaron de alguna manera esa “revolución femenina”. La mujer se abrió paso igual que el hombre, con culturas distintas, colores distintos, preferencias sexuales distintas, y un largo etcétera. ¡Pero sin duda le costó un ovario y parte de otro! (ya nos vamos ajustando).

A partir de allí el deporte y la mujer venezolana tuvieron experiencias variopintas que con éxito o no sembraron hitos. María Elena Giusti y toda su gracia sincronizada llegó a portar la bandera nacional en un desfile de apertura olímpica para Barcelona 1992, mientras que Adriana Carmona y Dalia Contreras subieron al podio en el Taekwondo de Atenas 2004 y Beijing 2008 respectivamente, al tiempo que Daniela Larreal y Fabiola Ramos establecían récords de participación en la máxima cita. En deportes de conjunto el equipo de voleibol y softbol olímpico, la vinotinto campeona Sub17, la reciente experiencia del basketbol finalista suramericano vienen no sólo abriéndose paso con resultados sino llenando estadios completos de aficionados y rompiendo corazones de aficionados masculinos, al igual que Milka Duno que aún rompe el mío.

¡Es así! Menos mal que esto no se me ocurrió escribirlo ni en el “Día de la Mujer” ni en el “Día de la Madre” porque habría tenido un pretexto. Y el homenaje para ustedes mujeres no lo tiene, porque así como se esfuerzan por seguirse abriendo paso el reconocimiento debe ser diario.

Ahora me meto en problemas. Este es mi ranking de las cinco expresiones deportivas femeninas más resaltantes de la actualidad en Venezuela en el que estoy dejando fuera a muchas que seguramente merecen estar en el “Top” de cualquier otro. Si se animan hagan el suyo, pueden comentarlo aquí o en cualquiera de nuestras redes sociales.


#1 El fútbol femenino Sub17
Este 2016 más de 30 mil personas fueron al estadio Metropolitano de Lara a ver como se coronaban campeonas suramericanas venciendo a Brasil. Repetirán su experiencia en un Mundial de Fútbol llenas de fútbol y de un carisma cautivante. Son seguidas por decenas de miles de personas en sus redes sociales y hoy día puede decirse que Deyna Castellanos está en el estatus de los futbolistas más conocidos del país incluso más de muchos que juegan en Europa.


#2 Mayerlin Rivas
Desde agosto de 2014 es campeona mundial de boxeo, entre interina y titular. Siendo el pugilismo uno de los deportes más populares de Venezuela es ella quien lleva la bandera sobre cualquier varón por sus demostraciones de calidad y solidez que le han hecho mantener el cinturón. Lo que muchos no conocen es que antes del boxeo fue campeona suramericana de wushu (variante competitiva del Kung Fu) e invicta en ligas profesionales de Artes Marciales Mixtas.



#3 Robeilys Peinado
Tiene 19 años y está preclasificada a Río 2016 en el salto con garrocha del atletismo. Fue campeona mundial menor en 2013 y plusmarquista mundial. Tiene dos años consecutivos como monarca suramericana y actualmente está radicada en Polonia donde se prepara como una de las mejores del planeta. Ganó hace par de días atrás el World Challenge de Dakar y tomando en cuenta que en su disciplina la experiencia es primordial todavía tiene mucho por dar.



#4 Stefany Hernández
Imposible dejarla fuera de cualquier ranking, incluso fue difícil no clasificarla más arriba. Campeona mundial de ciclismo BMX en 2015 (Bélgica) es entre las mujeres que practica su especialidad una especie de ícono latinoamericano casi de la talla de la colombiana Mariana Pajón. Ya tiene una presentación en olímpicos y va por su segunda. Radica en Suiza y es quinta del escalafón mundial, además de motivadora y carismática como ninguna.



#5 Las chicas del basketbol

Otras que pueden darse el lujo de decir que llenaron un escenario deportivo. Una generación (categoría mayores) que consiguió por primera vez en la historia clasificar a una final suramericana cayendo a la postre contra Brasil en el Domo de Barquisimeto. Si bien no la ganó ya muchos saben quién es Roseilis Silva, Waleska Pérez, Ivaney Márquez, entre otras, más allá si pueden clasificar o no a Río ya esto último es su principal valor.  


Por: Ernesto Vera
Para: VE Los Espectadores
@veespectadores
@ernestovera

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